A menudo me preguntan sobre las diferencias entre diferentes tipos de materiales para encimeras en la cocina. Uno de los temas más recurrentes es la comparación entre el cuarzo y el mármol. Cuando hablamos de resistencia, es importante tener en cuenta varios factores, como la dureza, la porosidad y la resistencia a las manchas. El cuarzo, por ejemplo, tiene una dureza Mohs de aproximadamente 7, mientras que el mármol suele estar alrededor de 3 a 4. Esto significa que el cuarzo es significativamente más duro y, por lo tanto, más resistente a los arañazos.
Hay que destacar que el cuarzo es un material de ingeniería creado por el hombre, compuesto en aproximadamente un 90% por cuarzo natural y 10% por resinas y pigmentos. Esta composición le otorga una estructura no porosa, lo que significa que no absorbe líquidos ni manchas tan fácilmente como el mármol. Por eso, el mantenimiento del cuarzo tiende a ser más sencillo, lo cual reduce los costos a largo plazo.
Recuerdo un caso en el que una amiga eligió mármol para su cocina debido a su belleza clásica y elegancia natural, pero al cabo de unos años se lamentó porque notó manchas de vino y café que eran difíciles de eliminar. En comparación, el cuarzo no solo resistió mejor las manchas, sino que también requirió menos mantenimiento. Además, las encimeras de cuarzo pueden soportar temperaturas más altas temporalmente y ofrecen una mayor variedad de colores y acabados debido a su producción controlada.
Entonces, ¿el mármol sigue siendo relevante? Sí, definitivamente tiene su lugar en ambientes más serenos, donde el tráfico pesado y las manchas no sean un problema. Con un acabado elegante, el mármol sigue siendo una opción atractiva y prestigiosa. Sin embargo, en términos de resistencia pura y versatilidad, para mí el cuarzo es la opción más lógica para la mayoría de los diseñadores de interiores actuales, y las encimeras de cuarzo se han convertido en la elección preferida para cocinas que demandan practicidad junto con estilo.